Jane McGonigal, una psicóloga doctorada de la Universidad de Berkeley y diseñadora de videojuegos, asegura que el poder de los juegos de consola, computadora y dispositivos móviles, se han menospreciado en la sociedad de hoy en día.
“Los juegos de video nos hacen más resistentes en el campo mental y emocional, eso se ve en la cotidianidad. Estoy convencida de que lo opuesto del juego no es el trabajo, sino la depresión” dijo McGonigal.
Según la experta, en el mundo hay más de mil millones de gamers y 35 millones de ellos están en Latinoamérica.
“Es inevitable, pronto todos seremos jugadores. Cerca de dos tercios de la población mundial ha jugado en algún dispositivo electrónico alguna vez”, asegura McGonigal. “Hay que ver a los bebés de hoy en día: manejan las tabletas de forma natural. Pensemos en el momento en que todos esos bebés crezcan”, señala.
McGonigal ha dedicado buena parte de su carrera académica a estudiar, desde el punto de vista psicológico y neurológico, los efectos positivos que tienen los videojuegos en las personas.
“En los hospitales los juegos de video ayudan a que disminuya la ansiedad en los niños, lo mismo pasa con los soldados en servicio” dijo. Además, sus investigaciones apuntan a que los videojuegos pueden motivar la creatividad de los niños a un 30% y lo hacen mejores narradores de historias.
“Quienes juegan en dispositivos fallan el 80% de las veces, lo que los hace persistentes. Aquellos que participan en videojuegos colaborativos tienden a pedir ayuda cuando están en problemas y aprenden a brindar apoyo” agregó McGonigal.
El equipo de la psicóloga, también encontró que los videojuegos permiten contrarrestar comportamientos más puntuales, como los trastornos de déficit de atención y la hiperactividad.
“Los jugadores con autismo ven incrementada su inteligencia social y en casos críticos de ansiedad y depresión el juego ayuda a que la dosis de medicamentos pueda disminuir”, dijo la experta.
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